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martes, 13 de diciembre de 2011

CIENCIA PARA COMBATIR LOS MALOS RECUERDOS

Hoy en día ya es necesario recurrir al alcohol u otras sustancias para deshacernos de los malos recuerdos. Ahora ya podemos recurrir a los últimos avances de la ciencia, que ha descubierto nuevas formas para influir en los puntos de dolor de la memoria y motivarla para guardar solo lo bueno.
Lo sorprendente es que algunos de estos métodos fueron desarrollados con base en algunas ideas antiguas, que se consideraban 'obsoletas'. No obstante, la investigación de los procesos cerebrales vinculados con la memoria, dan esperanzas de que en el futuro puedan servir para crear fármacos “milagrosos” contra los malos recuerdos.

Duerme, todo estará bien

El sueño puede combatir los recuerdos desagradables. Científicos de la Universidad de California en Berkeley utilizaron escáneres para entender mejor cómo el cerebro procesa los recuerdos traumáticos durante el sueño.

Los investigadores mostraron imágenes impactantes a voluntarios y pasadas varias horas, escanearon sus cerebros mostrándoles las imágenes de nuevo. Aquellas personas que habían dormido entre estos dos experimentos mostraron una menor actividad de la parte del cerebro responsable de las emociones. En cambio, la parte del cerebro vinculada con el razonamiento, apareció más activa.

Según explican los científicos, el 20% del tiempo del sueño se dedica al procesamiento de los recuerdos recientes y el estudio de este proceso podría servir para ayudar a los pacientes con trastornos postraumáticos. En esta fase del sueño, que se caracteriza por los movimientos oculares rápidos, se disminuye bruscamente el nivel de una sustancia asociada con el estrés. Entonces, el reprocesamiento de la experiencia emocional anterior en un ambiente “tranquilo” y “seguro” de bajos niveles de estrés “apacigua” la tensión y la persona se despierta con sentimientos más positivos.

Juega al Tetris

Un equipo de investigadores británicos de la Universidad de Oxford realizó un experimento con la participación de un grupo de voluntarios a quienes mostraron un vídeo con imágenes violentas provenientes de diferentes fuentes. Unos 30 minutos después, 20 voluntarios se pusieron a jugar al Tetris por 10 minutos, mientras que otras 20 personas no hicieron nada. Resultó que los que habían jugado al Tetris tuvieron menos malos recuerdos sobre el documental en comparación con aquellos que no habían hecho nada.

Los científicos explican que los humanos tienen dos canales mentales: uno es sensorial, que percibe sólo nuestra propia experiencia a través de los sentidos. El otro es conceptual y es responsable de analizar y colocar dentro de algún contexto las experiencias perceptivas. Ambos canales generalmente trabajan juntos.

Sin embargo, cuando alguien está expuesto a una información traumática, estos canales funcionan aparte: la información perceptiva domina sobre la información conceptual. Es por eso que, por ejemplo, si alguien sufrió un accidente de tráfico, es más propenso a recordarlo como una serie de 'flashbacks' (sonidos, luces, gritos) y no como una historia coherente.

Los científicos descubrieron que estos malos recuerdos toman forma y se consolidan en la memoria en un período de seis horas después del trauma. Y este es el tiempo crítico en el que se pueden interferir los miedos y alterar los recuerdos, recurriendo por ejemplo al Tetris, lo que previene que las imágenes traumáticas se consoliden en el canal perceptivo.

Haz el amor


Los académicos también establecieron que una buena influencia en la memoria de las personas se obtiene a través del sexo. En este caso no se trata de un método para combatir los malos recuerdos, sino de una curiosa manera de “desenchufar” la memoria.


Recientemente la ciencia analiz el caso de una mujer de 54 años que ingresó con un ataque de pánico a un hospital en Washington, EE. UU. Resultó que la fémina después de hacer el amor con su marido había olvidado todo lo que le había pasado durante las últimas 24 horas.

Los expertos diagnosticaron que se trataba de la llamada amnesia global transitoria, una pérdida de la memoria temporal que no hace daño al cerebro y que normalmente se registra en personas de 50 a 60 años. Este síndrome lo padecen 5 de cada 100.000 personas. y se supone que este tipo de amnesia es causado por una alteración temporal del funcionamiento de los vasos sanguíneos, que dejan que la sangre pase a la parte del cerebro responsable de la memoria.

La pastilla de la felicidad


Actualmente, varios grupos de investigadores han reportado sus experimentos exitosos con fármacos capaces de influir en la memoria selectivamente. Uno de estos estudios es el trabajo de los especialistas de la Universidad de John Hopkins, en EE. UU., que eliminaron una proteína de la parte del cerebro responsable de recordar el miedo.

El equipo de investigadores realizó diferentes experimentos con ratas que demostraron que después de la eliminación de dicha proteína los roedores no recordaban el miedo al ser sometidos a ruidos ensordecedores.

El responsable del equipo afirmó que los malos recuerdos pueden tener un impacto fuerte y obviamente negativo durante toda la vida de una persona. El descubrimiento de la posibilidad de eliminarlos podría significar una verdadera revolución científica: en el futuro se podrá actuar sobre ciertos mecanismos cerebrales con medicamentos y así crear una terapia especial para los que sufren un shock postraumático.

Articulo de:http://actualidad.rt.com/ciencia_y_tecnica/inventos/issue_33389.html?bn1r

martes, 21 de junio de 2011

¿Por qué tenemos sueños sexuales con personas insospechadas?

El mundo de los sueños, ese fino tejido de símbolos y meta-emociones, guarda aún intrigantes misterios; por ejemplo, el de tener encuentros sexuales con inesperada personas.

Los sueños ha sido milenariamente una de las facetas de nuestra mente que mayor intriga nos generan. Su elegante falta de respeto a las leyes que rigen la realidad ordinaria, su implacable sutileza, y su etérea flexibilidad, son solo algunas de las virtudes de este apasionante fenómeno que han provocado millones de reflexiones cuasi-hipnóticas alrededor de los sueños.

Una de las interrogantes más curiosas en torno al universo onírico es la siguiente: ¿Por qué si al soñar entramos a un reino plenamente moldeable, en lugar de dedicarnos exclusivamente a vivir inenarrables fantasías, visitar lugares paradisiacos, y gozar de extasiantes emociones, en realidad pasamos buena parte de nuestra vida onírica experimentando bizarras situaciones, presenciando absurdos y a veces angustiantes escenarios, o recorriendo parajes inhóspitos? O incluso un paso más allá, en dirección a nuestra vida sexual, ¿Por qué en lugar de copular con cuerpos angelicales o generar encuentros con los seres carnalmente  más deseados, terminamos por dar vida a contactos sexuales con gente completamente inesperada, con la muchas veces al parecer ni siquiera nos sentimos atraídos mientras estamos “despiertos”?  ¿Por qué fornicamos apasionadamente en sueños con personas que frente a quienes nos sentimos absolutamente neutrales en un plano sexual?
Las teorías que tratan de explicar el por que nos encontramos con ciertas personas, lugares o situaciones, durante los sueños, son más que abundantes. La postura de Freud al respecto, desde una perspectiva simplista, afirma que los sueños son mecanismos a través se los cuales saciamos nuestros deseos ocultos o reprimidos. Jung, en cambio, enfatizaba más en esta red de información meta-compartida que llamaba el inconsciente colectivo, afirmando que nuestros sueños emanan de patrones compartidos de símbolos, que a su vez están asociados con arquetipos originales. Fritz Perls, psicólogo y psiquiatra, ve en los sueños una especie de extensión, inmaterial pero directa, de nosotros mismos.

Pero independientemente de las posibles interpretaciones de las emanaciones oníricas que individualmente animamos, lo cierto es que en los sueños, como en la vida, los contenidos sexuales tienen un lugar especial debido a la enorme relevancia biológica, cultural, emocional, y química que el sexo tiene entre los seres humanos. Para algunos el soñar un encuentro sexual con alguien simplemente quiere decir que en algún plano de nuestra conciencia, en realidad desearíamos consagrar ese encuentro dentro de la vida ordinaria. En su libro The Sex of Your Dreams: Erotic Dreams and Their Hidden Meanings, la autora Carol L. Cummings postula que los sueños eróticos “tienden a basarse, como afirma Freud, en el saciar un deseo” y añade que a fin de cuentas son un saludable mecanismo para liberar la energía sexual que en la vida cotidiana tenemos que reprimir pues el “materializar” esos encuentros sería inapropiado.
Contraria a la opinión de Cummings, Gillian Holloway, PhD y autora The Complete Dream Book, cree que existen diversas explicaciones para entender los sueños sexuales: una posibilidad es que la persona con la cual copulamos en sueños representa ciertas características de personalidad que nosotros deseamos incluir en nuestra propia identidad. En este sentido tal vez no te estas acostando con tu colega en el trabajo sino con alguna de las virtudes que su percibes en su personalidad. Otra posibilidad es que aprovechas los sueños para encontrarte eróticamente con alguien que en el fondo sabes que en la vida real no te hará bien y por lo tanto quieres desgastar la posibilidad de que cuando estés despierto puedas tener un encuentro similar. Finalmente, otra posibilidad es que la cópula onírica represente el hecho de que estas forjando un nuevo proyecto con esa persona, y el acto sexual que mantienes con ella simplemente representa, de una manera bastante coqueta, el hecho de que estas asumiendo un compromiso para crear, en conjunto, algo aún inexistente.

Así que por un lado tenemos la posibilidad de que en realidad te encantaría “sexualizar” tu relación con aquellas personas con quienes co-protagonizas sueños eróticos, a pesar de que sea algo que tu consciente niegue rotundamente. Por otro lado parece importante enfatizar que los encuentros sexuales no necesariamente tienen una alusión directa al acto sexual sino que se usa la carga simbólica de esta actividad para representar, en tu propio teatro onírico, otras facetas de tu relación con esa misma persona o incluso contigo mismo.
Y al parecer lo que realmente importa es entender el hecho de que los sueños, la actividad onírica para la que todos estamos diseñados, a fin de cuentas representa una especie de herramienta evolutiva que esta íntimamente relacionada con el auto-conocimiento, con la aceptación de nuestras circunstancias individuales, y con la noción de que a fin de cuentas cada uno de nosotros estamos “diseñados para diseñar” nuestras respectivas realidades, sean oníricas o “reales”. Y bueno, si después de leer este artículo ninguna de las posibles interpretaciones te convence, lo único que restaría es recomendarte que al menos trates de disfrutar al máximo esos despliegues eróticos que inevitablemente todos vivimos.