Estudios muestran que los gamers pueden controlar sus sueños con mayor frecuencia. Los videojuegos como una tecnología de simulación onírica que amenaza lúcidamente con imponerse sobre la "realidad". Después de todo la vida es un sueño y la vida es un juego.
Tanto el espacio onírico como el espacio de un videojuego revelan al soñador o al gamer la posibilidad de alterar la realidad, encontrar el código con el que ha sido programada y moverse libremente hacia donde su voluntad y su imaginación lo lleven. También, la realidad virtual del videojuego es visual y ontológicamente similar a la de un sueño donde el yo en ocasiones se desprende en una narrativa en la que podemos observarnos a nosotros mismos ya sea en primera persona o en tercera persona en uns oscilación de intersubjetividad y transpersonalidad. Pero sobre todo porque ambos nos otorgan la conciencia de que la realidad es un juego, es manipulable, y es precisamente esta conciencia lúdica-lúcida la que nos permite despertar.
La psicóloga Jayne Gackenbach, de la Universiadad Grant MacEwan, en Canadá, siguiendo su interés por los sueños lúcidos y la afición de su hijo por los videojuegos, realizó una serie de estudios en los que descubrió que las personas que juegan con cierta frecuencia videojuegos reportan un mayor índice de sueños lúcidos, en los que se toma conciencia de que se está soñando sin despertarse y se puede influir en lo que se sueña. En algunos casos también se reportaron sueños en los que los gamers se veían a sí mismos fuera de sus cuerpo. Otra tendencia es que los gamers cambian con facilidad entre una visión en primera persona o una visión en tercera persona, aunque nunca con el desapego calmo de un testigo distante.
“Los jugadores de videojuegos están acostumbrado a controlar el ambiente de sus juegos, algo que se puede trasladar a los sueños”, dice Gackenbach, quien por primera vez se interesara en los videojuegos cuando observó a su hijo besando repetidamente la consola de su nuevo Nintendo.
Las personas que tienen sueños lúcidos y juegan videojuegos también suelen tener mejores habilidades espaciales y suelen marearse menos por el movimiento, además de tener facilidad para concentrarse.
En otro estudio Gackenbach encontró que los gamers suelen manejar mejor sus pesadillas y en vez de asustarse suelen enfrentarlas. La psicóloga piensa que esto podría tener un uso médico para los paceinetes que sufren de síndromes post-traumáticos, quizás empleando simulaciones de realidad virtual.
Sin que esto signifique que los videojuegos no tienen sus contras, como puede ser un aislamiento del contacto humano o con la naturaleza, otro artículo de El País muestra un estudio que concluye que los gamers fuman menos tabaco y toman menos drogas y alcohol que el promedio.
De cualquier forma lo más interesante es la capacidad de hacer lúdica la realidad para transformarla; esta es la metáfora de los videojuegos y de la cibernética en la concepción mcluhaniana de los medios de comunicación como extensiones de nuestros sentidos. El videojuego es una extensión de los sueños que, poco a poco, empiezan a invadir la realidad, hasta apoderarse de ella y reemplazarla con su propia dimensión etérea donde el jugador puede plasmar los paraísos profundos de su psique y jugar a crear su propia realidad. No hay duda que estas es una de las formas más lúcidas de existir.